Reseña: Hija de las tinieblas (And I Darken #1)

Reseña:
Hija de las tinieblas es el primer libro de la trilogía And I Darken, y cuenta la historia de cómo Lada, Radu y Mehmed se conocieron bajo circunstancias que no hubieran sido las ideales, pero así y todo lograron formar una extraña y genial amistad. Pero vamos desde el principio.

Lada y Radu son hijos de Vlad Dracul, personaje inspirado en el histórico Vlad, el Empalador (que derivó en las tantas historias de Drácula que conocemos). Esto ya me llamó la atención desde un principio, porque no suelen leerse últimamente muchas historias que transcurran en esa ubicación geográfica del mapa. No me quiero adelantar, pero también vamos a leer mucho del Imperio otomano, y la verdad está muy bueno. Retomando entonces sobre estos personajes, Lada y Radu no pueden ser más distintos: ella es salvaje, luchadora, fuerte; en cambio él es el hermano pequeño, delicado, a quien siempre usaron de blanco de burlas, porque no podía pelear.

Teniendo en cuenta que esta historia transcurre en torno al año 1450, no es de extrañar que Lada no encaje en ningún lado: no es (no puede ser) la niña refinada que todos esperan que sea, y si bien la sociedad esperaría que se dedicara a tareas hogareñas y asociadas a las mujeres en esa época, ella quiere luchar, quiere salir a cazar con los hombres, quiere hacer todo eso que no tiene permitido. Y si bien sus habilidades son realmente asombrosas, tampoco encaja entre quienes se dedican a la lucha, porque ella sigue siendo una simple mujer. A Radu le ocurre más o menos lo mismo, aunque en sentido opuesto. Pero el hecho de que sea tan hermoso y que todos lo subestimen le permite encontrar poco a poco su lugar en la sociedad.

Por una serie de artimañas políticas, su padre los termina entregando como una especie de "garantía" al sultán del Imperio otomano, y desde pequeños se ven obligados a crecer fuera de su hogar. Para Lada esto es la muerte: Valaquia es su tierra, su sentido de vida, su todo. Intenta desafiar constantemente a todos con quienes se cruza, no le importa aprender nada de lo que le enseñan, y se esfuerza por no olvidar su lengua nativa. En cambio, Radu recibe el cambio en su vida como una bendición. Empezando por la base de que nunca se sintió cómodo en Valaquia, se suma el hecho de que descubre, gracias a Kumal (un personaje muy entrañable), el Islam. Todos estos cambios generan distintas reacciones en los hermanos, pero lo que más los va a desestabilizar es conocer a Mehmed, un niño de su edad a quien se cruzan sin saber quién es (más tarde se enterarán que se trata, ni más ni menos, de uno de los hijos del sultán Murad). Mehmed es completamente diferente a quienes lo rodean, por lo que Lada y Radu encuentran en él un gran apoyo para atravesar cada situación que se les presenta, sea cual sea. Enseguida se hacen muy unidos los tres, y cada uno de ellos comienza a descubrir facetas suyas que no sabían que tenían.

Entre los cientos de personajes que podría detallar, voy a nombrar a unos pocos (poquísimos), porque sería eterno. Kumal y Nazira (hermanos) son tan buenos que dan ganas de abrazarlos. Cada uno desde su posición y sus experiencias serán muy importantes para Radu, para comprender quién es él mismo y qué hacer con esa nueva vida que le tocó, así como la relación con el nuevo dios al que comienza a adorar. Los jenízaros (soldados del ejército otomano de élite) eran una especie de "esclavos" pagos, y provenían de distintos lugares y territorios. Entre ellos, hay varios valacos, por lo cual Lada enseguida se hace amiga de algunos de ellos, quienes aceptan la valentía y fuerza de esta chica tan particular, y la adoptan como si se tratara de un soldado más. Nicolae, Matei, Petru, Ilyas y tantos otros serán muy importantes para Lada, en su camino por demostrar de lo que realmente está hecha.

Si bien me encantaría contarles mucho más, van a tener que leer ustedes mismos este libro si quieren conocer la historia completa. Les prometo que Hija de las tinieblas es un excelente libro, y van a disfrutar cada página y cada capítulo. La autora desarrolla de forma excelente a cada uno de sus personajes, y no importa cuál sea la situación, sabemos qué haría cada uno de ellos ante cada problema, porque así de bien llegamos a conocerlos y a conectarnos con ellos. Y tan bien desarrollados están los personajes, que llegamos a odiarlos, amarlos, gritarles, llorar por culpa de ellos, y eso es lo que demuestra que una historia está bien escrita.

Algunos detalles más de la autora que me encantaron: al final del libro hay un glosario (para entender todas esas palabras extranjeras o ajenas a nosotros que no comprendemos, y que en el contexto histórico son muy relevantes), una guía de los personajes más importantes de la historia, y por último una nota de la autora. Esto último, personalmente, me pareció genial. En esa nota, Kiersten aclara que si bien se basa en personajes históricos, se tomó bastantes libertades a la hora de desarrollarlos, y detalla exactamente cuáles fueron esos cambios. También hace hincapié en que muchísimos de estos personajes históricos son vistos tanto como héroes, así como villanos, según de qué lado uno esté mirando. No me pareció un detalle menor, ya que por lo general nos llega una sola versión de los hechos, pero ella aclara de forma bastante clara cuáles pueden ser esas dos versiones. La autora incluso detalla bibliografía, para aquellos que realmente se interesen por saber más respecto a estos personajes, y es un detalle que me pareció súper lindo.

La buena noticia es que no falta mucho para que se publique el segundo libro, Renace de las sombras (Now I Rise), por lo que no van a tener que esperar tanto para saber cómo continúa la historia.