Reseña: Las aguas indómitas (Trilogía Los Elementales #2)

Reseña:
Vieron que siempre que puedo recomiendo esta maravillosa saga, ¿no? Pero ¿se dan cuenta de que me colgué en seguir reseñándola? Soy la peor, ya sé jajaja Hoy vengo a remediar tremenda falta hacia ustedes, y les traigo la reseña de Las aguas indómitas, de Sherry Thomas, segunda parte de la trilogía Los Elementales que comenzó con El cielo ardiente (reseña aquí).

La chica recobró la consciencia, sobresaltada.
    La arena la golpeaba sin cesar. Estaba en todas partes. Abajo, sus dedos se hundían en la arena caliente y áspera. Arriba, el viento la arremolinaba y bloqueaba el cielo, lo que hacía que el aire fuera rojo como la superficie de Marte.
    Una tormenta de arena.

Me encanta cómo empieza este libro. Esta autora tiene una capacidad asombrosa para hacer mi recurso favorito en los libros: empezar por el final, y que no tengas ni la menor idea de cómo llegaron los personajes ahí. Este recurso, bien utilizado, es lo máximo. Y aquí está muy, pero muy bien utilizado. Inmediatamente después de un primer capítulo totalmente impactante, volvemos siete semanas atrás en el tiempo, y nos encontramos con un Titus bastante nervioso que está participando de una pomposa reunión con embajadores, ladys y lores, donde tiene que simular que no sabe de qué le hablan cuando preguntan por el mago elemental más poderoso del Dominio, y asegura que lo que sucedió el año anterior no tuvo nada que ver con él.

¿Qué había pasado el año anterior? Bueno, el primer libro termina con Iolanthe y Titus salvándose por los pelos de que los atrapara el Bane, el Lord Comandante de Nueva Atlantis, y su peor enemigo. Asimismo, había desaparecido de la biblioteca de la Ciudadela el prisionero más valioso de Atlantis, y aquella misma noche había muerto la Inquisidora, una de las tenientes más leales y capaces del Bane. Y todo esto lo habían conseguido sin que el Bane pudiera demostrar que efectivamente él había formado parte de todo esto, aunque claro que en el fondo lo sabe.

Así que en esta segunda entrega nos encontramos con que los capítulos se intercalan entre el presente y el pasado, donde vamos formando poco a poco el rompecabezas de qué sucedió en este nuevo año de Eton, donde aparentemente están yendo a clases normalmente y nadie parece sospechar nada de Archer Fairfax (Iolanthe) y Titus, y sin embargo sabemos que siete semanas después están en el desierto, sin memoria y en medio de una tormenta de arena claramente provocada por magia. ¿Cómo llegaron ahí? ¿Qué está pasando?

Un recurso que también me gustó mucho en el primer libro es la aparición de breves fragmentos del diario de Ariadne, la madre de Titus, quien sabemos dejó este diario para ayudar a su hijo, aunque tiene un hechizo que no permite leerlo de corrido, sino que ante él se van presentando fragmentos según lo que él necesite en ese momento. Algo rebuscado, y algo que hará que Iolanthe y Titus peleen constantemente, ya que él confía ciegamente en su madre, pero ella tiene sus reparos de cómo se está dando todo, y por qué la información llega de a poco.

En fin, creo que esto es todo lo que puedo comentar, cualquier pequeño detalle puede ser un spoiler así que solo les voy a decir que, si les gustó la primera parte, no hay dudas de que este les va a encantar, y que el tercero también es una locura (pronto su reseña también, lo prometo). Es una trilogía muy bien lograda, todos los detalles que puedan parecernos raros o inconexos tienen su por qué, todo tiene su explicación, y eso es algo que me encanta en las historias. Les prometo que no se van a decepcionar con esta continuación y su posterior final, es una trilogía que vale completamente la pena si les gusta el fantasy con magia, hechizos, maldiciones, conjuros de sangre e intrigas palaciegas con mucha violencia.