Reseña: Emmy & Oliver

viernes, 22 de julio de 2016 The Magical Library 0 Comentarios Etiquetas: , , , , ,


Sinopsis:
Un solo día puede cambiar todos tus planes. Y aunque no sea por tu culpa ni tu decisión, sufrirás las consecuencias... ¿para siempre?

Emmy solo pretende hacerse cargo de su propia vida.
Quiere salir, surfear y hasta estudiar sin el implacable control de sus padres. Pero ellos no se atreven a darle libertad; no desde hace diez años, cuando Oliver desapareció.
Oliver necesita tiempo para comprender.
Creció pensando que su padre era genial. Nunca imaginó que lo tenía secuestrado, huyendo de la ley. Descubrirlo y regresar a su ciudad hacen que su corazón tambalee y que ya no sepa bien quién es.
Emmy y Oliver iban a ser mejores amigos siempre. 
Y podrían haber sido mucho más... antes de que sus futuros fueran destruidos. A pesar del espacio y el tiempo separados, Emmy nunca perdió la conexión interior. Pero ¿podrá Oliver reencontrarse con ella y con él mismo?

Una novela sobre los amigos, la familia, la identidad, los miedos cotidianos y el torbellino que significa crecer con un corazón partido.

Reseña:
Lo primero que me parece bueno aclarar, es que Emmy & Oliver no es una historia de amor. Sí, hay algo de romance, obvio, pero no es lo central en esta historia. Creo que predominan otras relaciones, como las que existen entre padres e hijos, hermanos y amigos. 

Todo comienza cuando el padre de Oliver se lo lleva un día de la escuela, y ya no vuelve más. Como era fin de semana, al principio no se preocupan. Pero cuando ven que pasan las horas y Oliver no regresa, se da la alarma. Todo esto resulta muy traumante para los compañeros de escuela que lo conocen, pero quienes se ven más afectados son sus mejores amigos: Emmy, Caro y Drew. A pesar de tener tan solo 7 años, los rodean periodistas que hacen preguntas incómodas para niños tan pequeños, y generan una peor sensación de desesperación. 

Tras el correr de los años, a pesar de que nunca pierden las esperanzas, de a poco comienzan a hacerse a la idea de que Oliver tal vez no volverá. No saben dónde está, o siquiera si todavía está vivo. Pero de pronto, 10 años después, lo impensado ocurre: Oliver vuelve. Esta vez es en serio, no se trata de una pista anónima; Maureen, su madre, está yendo a buscarlo. Oliver en verdad volverá a casa. Y si bien todos están más que contentos con la gran noticia, Emmy es la que se siente más afectada por la situación. No solo era su mejor amigo, habían compartido todo desde que nacieron el mismo día, en el mismo hospital. Y, además, lo último que había sabido de él ese día que su padre lo alejó de casa, era que le gustaba Emmy. Claro, tenían apenas 7 años... pero uno no olvida esas cosas, ¿no?

Y si bien uno pensaría que comenzó a leer la historia por el final (bueno, a mí me dio esa sensación... si Olver vuelve a casa después de 10 años de misterio, la historia ya terminó, ¿no? "Vivieron felices por siempre", y eso...), pero resulta que no es así. Resulta que para Oliver, esto no es volver a casa, es volver a tener la sensación de haber sido secuestrado de su hogar. Porque su padre le había contado toda su vida que su madre los había dejado, y por eso tenían que irse lejos, así no sufrían. Y de pronto, un día todo cambia. Un día unos policías tocan la puerta de casa mientras su papá no está, y resulta que todo su mundo se da vuelta: su madre siempre lo estuvo buscando, nunca lo abandonó.

Entonces, esta es la historia de la readaptación. No volvió tras unos meses de aislamiento... volvió luego de 10 años, casi la mitad de su vida, y ahora todo es diferente. No solo porque todos lo miran como "el chico al que secuestraron", sino porque su madre no quiere que se aleje mucho, los amigos que conocía son mucho más grandes, y se perdió de toda una vida de compartir momentos juntos. Una de las cosas que más le afectan es no tener recuerdos compartidos, porque le robaron eso también. A todo esto se suma el hecho de que debe asimilar, de un día para el otro, que su madre se volvió a casar, y que ahora tiene dos hermanas nuevas.


Por otro lado, Emmy no sabe cómo acercarse a él. Todo el mundo (bueno, sus padres) le advierten que tenga cuidado, que le deje espacio, que sea amable. Como si no fuera a ser amable. Como si fuera a tratarlo de mala manera, o algo así. Pero sí le resulta difícil e incómodo tener que acercarse a él sin saber siquiera si la recordará, o qué cosas habrá vivido en esos 10 años que estuvieron separados. Además, Emmy tiene que lidiar con la sobreprotección ya existente de sus padres (ocasionada por el secuestro de Oliver, pero no porque haya regresado a casa, ahora son menos intensos o se preocupan menos). Y, como si fuera poco, mantiene en secreto que ama surfear, porque sabe que no la dejarían hacerlo si ellos se enteraran; y también mantiene en secreto, incluso de sus amigos, que solicitó el ingreso a la Universidad de California, que tiene un equipo de Surf, y no piensa estudiar en la universidad comunitaria, como había le prometido a su madre, y a Caro, su mejor amiga.

En esta historia, Robin Benway habla de muchas cosas, no solo de amor. Se centra mucho en la amistad, en la familia. En los lazos afectivos que incluso luego de 10 años se mantienen vivos e intactos. También habla del crecimiento y de las decisiones que debe comenzar a tomar un adolescente en esta etapa en que debe empezar a elegir su camino. Emmy & Oliver es en ciertos momentos triste, pero también nos genera muchas risas y nos hace reflexionar acerca de muchas cosas. Entre medio de la historia, hay unos capítulos que son como flashbacks, pero que no tienen tanto la intención de mostrar hechos relevantes de su historia, sino más bien cumplen una función más metafórica, que muestran los recuerdos que comparten los cuatro amigos, pero especialmente Emmy y Oliver. Desde el día que nacieron en el mismo hospital, hasta el día en que se llevan a Oliver lejos de casa.


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