Quisiera empezar recomendando un verdadero clásico. A ustedes que les gusta el género fantasy, La historia interminable, de Michael Ende les tiene que fascinar. ¿Y por qué leerla si ya vi la peli, que está buenísima? Me dirá alguno. Y tendría razón.
   Pero aunque sea para ver las diferencias con la peli, les recomiendo leerla. En el libro Bastian no es el chico flaquito que recordamos de la pantalla que huye de chicos que hacen bullying con él, sino que es un gordito que se escapa de clases para leer.
   Atreyu no es el jovencito de pelo castaño y atuendo sioux, sino que es un ser de color verde.
   La peli, además, solo cuenta la mitad del libro. Y justamente ahí empieza el chiste.
   La historia interminable al comienzo es un relato fantástico, con el libro como portal y puente entre el mundo real (en letras marrones) y el mundo de la fantasía (en letras verdes). Hasta ahí todo bien, pero de pronto la historia da un giro y pasa de ser un relato fantástico a uno maravilloso. Bastian literalmente se mete en la historia, en el mundo de Fantasía, interactúa con Atreyu, con Falcor. Pero no todo sale bien, de hecho, sale bastante mal. La historia oscurece, se tensa, se vuelve angustiante. Y Bastian corre peligro de nunca poder volver a su hogar.
   Los personajes de Michael Ende son de una complejidad y una belleza supremos; los nuevos mundos que propone son verdaderos acertijos y los conflictos son de una humanidad aplastante.
Creo que al menos una vez en vida hay que leer «la historia interminable».