Reseña: George. Simplemente sé tú mismo

Reseña:
Hoy les traigo la reseña de George. Sé tú mismo. Este es un libro que tenía pendiente desde hacía rato y, como es cortito, aproveché para leerlo (en dos noches) cuando tuve un huequito. Como llegó a Argentina en 2016 quizás ya sepan de qué trata, pero si no, les cuento: George siempre supo que era una chica, solo que nació en el cuerpo incorrecto. Su cuerpo era el de un varón, todos la trataban como si fuera un varón, pero para ella estaba más que claro que era un error: ella definitivamente era una chica.

Esta historia está narrada por George, nuestra protagonista de tan solo 10 años, que sabe desde siempre que es una chica, aunque todo el mundo insista en lo contrario. Ojo, no es que no sepa lo que pasa, buscó en internet y se topó con la palabra transgénero, solo que no sabe cómo explicárselo a su mamá y a Scott, su hermano mayor. ¿Y si no lo entienden? ¿Y si se enojan con ella?

Como este libro es un middle-grade, relatado por una niña de 10 años, es de esperar que sea una historia tan corta y concisa. No hay un cambio increíble en el desarrollo, ni tampoco vamos a leer sobre todo el proceso de transición. No, esta historia es bien cortita y muy bonita: es la historia de cómo George quería audicionar para hacer de Charlotte en la obra escolar de La telaraña de Charlotte, y, pese a que su maestra le dijo que no podía audicionar para ese papel porque ella era un varón, Kelly, su mejor amiga, la ayudará a cumplir su meta.

Kelly al principio no se da cuenta de lo que está atravesando George, es una niña muy enérgica y divertida, pero también bastante distraída. Y si bien tienen una pelea de por medio, ella es la primera en apoyarla cuando George se anima a decir en voz alta "¿Y qué pasa si soy una chica?". Con esa inocencia característica de la edad, las respuestas de Kelly son tan divertidas como comprensivas. Para ella es totalmente lógico lo que su amiga está planteando, así que si se siente como una chica tiene que serlo, ¿no?

Le contó a Kelly lo de su bolsa llena de revistas de chicas y que su madre la había encontrado.
 –¡No es justo! –exclamó Kelly indignada–. ¡No las robaste! ¡No tiene derecho a quitártelas!
 –A veces, las personas transgénero no tienen derechos.