Reseña: No sabes mi nombre (Ángeles Negros #1)

Reseña:
No sabes mi nombre es el primer título de la trilogía Ángeles Negros. Esta historia está contada en primera persona por Reagan, una muchacha de 16 años que tiene una vida particular: sus padres son Ángeles Negros, agentes especiales de la CIA que deben camuflarse y no pueden llevar una vida normal; cada vez que están en riesgo, deben mudarse en medio de la noche sin mirar atrás, y solo pueden llevarse sus mochilas de emergencia consigo. Casa nueva, nombres nuevos, vida nueva.

Hasta ahora, Reagan no se quejaba mucho, sabe que los Ángeles Negros son su futuro, ella había nacido para formar parte. Pero cuando un intruso los encuentra y casi los asesina, su vida queda marcada. Empieza a tener ataques de pánico, comienza a reprimirlos y a generar una ansiedad que la carcome por dentro. Y lo peor de todo es que no les cuenta a sus padres, siente que los estaría defraudando. Es por esto que cuando se encuentra tras más de un año aparentemente tranquilo en su nueva vida en New Albany, rodeada de compañeros a los que considera realmente amigos, no sabe qué hacer cuando vuelve a sentir paranoia: un conserje de la escuela que se comporta de manera extraña y la mira fijo, una van gris sin identificación que vigila su casa. ¿Se lo está imaginando? ¿Realmente la vigilan?

Todo empeora cuando no sabe qué hacer con lo que siente por su mejor amigo, Luke. Sabe que no debería suceder nada; su vida es peligrosa y acercarse a Luke podría ponerlo en riesgo. Además, nunca sabe cuándo tendrá que escabullirse en medio de la noche y marcharse para no regresar jamás. No quiere hacerle eso a él, es una buena persona. Pero sus amigas, Harper y Malika, insisten en que debería intentarlo (claro que ellas no saben quién es Reagan realmente). Hasta Claire, la hermana menor de Luke, y también su amiga, se da cuenta de que podría haber algo entre ellos.

Mientras, cada vez crecen más sus dudas respecto a su futuro. Sí, le dijeron que a los 18 iba a poder decidir si quería ir a la universidad o ingresar como agente de los Ángeles Negros, pero fue de pasada, y casi que dan por descontado que ella no piensa en otra cosa que ser una espía y asesina profesional. Y cuando tiene que ir a una visita en una universidad, solo para mantener la fachada frente a sus amigas, comienza a dudar. ¿Qué es lo que quiere ella? ¿En verdad desea vivir siempre así, vigilando sus espaldas, dudando de todo el mundo, sin poder hacer amigos de verdad? Sus padres no son malas personas, es solo que su hija tiene un gran talento, y no piensan en otra cosa más que en servir y cumplir con su cometido: salvar a aquellos que no pueden defenderse por sus propios medios.

Todo se va a empezar a complicar cuando sus padres regresan de una misión, y Reagan ve algo que nunca había notado en ellos: miedo. A pesar de que no quieren contarle nada, ella lo presiente; algo salió mal en su misión, y pronto tendrá que marcharse. Y cuando alguien intenta secuestrarla en la escuela, sus sospechas se confirman; sus vidas están en el mayor peligro. Reagan debe enfrentarse a situaciones para las que siempre estuvo preparada, pero nunca había puesto en práctica. Ni siquiera tiene que pensar cada movimiento, sus reflejos actúan por cuenta propia al defenderse y moverse con un arma en la mano. Lo que debe decidir es si hacer caso a sus superiores y dejar que los Ángeles Negros se ocupen de todo, a pesar de que ella puede ver los errores que están cometiendo, o si entrometerse y hacer caso omiso de todas las órdenes que le dan, para poder salvar a sus padres del peligro en el que se encuentran.

Esta es una historia que atrapa desde el comienzo. Es súper ágil y se lee muy rápido, el libro no me duró ni dos días. Reagan nos va contando su día a día, cómo tiene que entrenar desde que se levanta hasta que se acuesta, pero así y todo continuar con su vida de adolescente: estudiar para los exámenes, asistir a clases, no llamar la atención pero encajar en un grupo de amigos... No es nada fácil para ella, al menos emocionalmente. En lo concreto, no le cuesta que sus mentiras salgan de su boca, pero no le gusta nada, está cansada de no ser ella misma, de inventar cada vez una nueva personalidad. Y si bien entendemos a sus padres y toda esta idea patriótica que tienen los estadounidenses de "servir al país" y bla, bla, bla, la verdad es que es bastante lógico que de pronto empiece a dudar de todo, más si los padres no pueden parar a pensar dos segundos y darse cuenta de que es solo una adolescente, no pueden exigirle que razone todo como ellos. Casi que no le dan elección, no porque sean malos, pero tampoco son muy comprensivos; le exigen demasiado. Por suerte, tiene a Sam, "su tía" para los demás, quien es en verdad compañera de equipo de sus padres. Ella está siempre ahí para Reagan, es casi como una hermana mayor, y con ella puede ser abierta respecto a sus dudas. Y lo que Sam le dice no es sencillo, pero es lo que debe hacer: cuando llegue el momento en el que sepa qué debe hacer, tiene que escuchar a su corazón.

No sabes mi nombre es un libro súper atrapante que les recomiendo enormemente, no se van a arrepentir.