Reseña: El cielo ardiente (Trilogía Los Elementales #1)

Reseña:
El cielo ardiente es la primera parte de la trilogía Los Elementales, de Sherry Thomas. Déjenme decirles que ESTOY AMANDO ESTA TRILOGÍA. Hacía rato que no leía un fantasy así, que contara un mundo completamente nuevo, con sus propias reglas, y detalles y demás, que si bien al principio estamos un poco perdidos, enseguida le agarramos la mano y comenzamos a disfrutar.

Déjenme copiarles acá cómo empieza este libro, cuál es la primera página de esta historia que empieza con una intriga desde las primeras frases, y esa intriga es la que nos va a mantener al vilo hasta el final, no importa si son más de 500 páginas, van a parecer 100 una vez que empiecen a devorar los capítulos:

Justo antes del comienzo del trimestre de verano, en abril de 1883, un evento de muy poca importancia tuvo lugar en el Eton College, aquel ilustre y venerable colegio privado para varones. Un alumno de dieciséis años llamado Archer Fairfax regresó tras una ausencia de tres meses causada por una fractura de fémur para reanudar su educación.
    Prácticamente cada palabra de la oración precedente es falsa. Archer Fairfax no se había fracturado una extremidad. Nunca antes había pisado Eton. Su nombre no era Archer Fairfax. Y él no era, de hecho, siquiera un varón.
    Esta es la historia de una chica que engañó a miles de chicos, un chico que engañó a un dominio entero, una alianza que cambiaría el destino de los reinos y un poder que desafiaría al mayor tirano que el mundo jamás había conocido.
    Esperen magia.

¿Y? ¿No empieza genial? Comenzamos esta historia con su protagonista: Iolanthe Seabourne. Iolanthe es una maga elemental como ninguna otra. Sus poderes alcanzan magnitudes inesperadas, y su tutor, el Maestro Haywood, la insta a que no haga demasiado alarde de esto, aunque no le explica por qué. No se supone que los magos elementales tengan tanto poder, desde hace más de 500 años que no hay Grandes Magos, ya que el auge de la magia sutil le robó todo su esplendor. Ya no resulta tan increíble manipular el fuego, el aire, la tierra y el agua, y de todas formas es muy extraño que alguien maneje con excelencia los cuatro elementos. De hecho, Iolanthe no tiene control sobre el aire.

Por otro lado, nos encontramos con Su Alteza Serenísima el príncipe Titus VII, Amo del Dominio. Titus, hijo de la fallecida princesa Ariadne (padre desconocido), descendiente de los reyes más poderosos e influentes del Dominio, parece un príncipe caprichoso, un niño que no sabe lo que es el poder y la responsabilidad. Sin embargo, sus manías son una fachada para ocultar que él no es ningún tonto, sabe perfectamente qué sucede en todo momento, y tiene una misión muy importante: encontrar al mago elemental más poderoso que se hubiera visto en cientos, miles de años.

Según las predicciones, Titus sabría quién era aquel mago y encontraría su destino cuando estuviera observando desde su balcón y sucediera algo a una hora en particular, solo que sabía la hora pero no sabía qué día de toda su vida. Por eso, cuando vio que un rayo partía la tierra inesperadamente, exactamente a la hora predicha, supo que el día había llegado.

Mientras, Iolanthe se encuentra intentando salvar un elixir de luz, completamente arruinado de forma fortuita por el Maestro Haywood. Cuando encuentra una frase garabateada en su ejemplar de La poción completa, decide que no puede perder nada con intentarlo, por más ridícula que sea la idea. La frase decía "No hay un elixir de luz, por más estropeado que esté, que no se pueda revivir con un rayo". Y todo el mundo sabe que la única que había manipulado alguna vez el rayo había sido Helguira, la Despiadada, y se trataba de un personaje folclórico. Por eso, cuando Iolanthe se dirige a la cima de un acantilado, coloca el caldero en el suelo, y alza la vista al cielo para pedirle que caiga un rayo, se siente bastante tonta. Hasta que un rayo cae, y toda su vida cambia de un día para otro.

De pronto el Maestro Haywood comienza a correr para esconder a Iolanthe, y se presenta a su hogar una reconocida colaboradora (aquellos que están atentos a las órdenes de Atlantis, el peor tirano de la historia). Haywood intenta conseguir que Iolanthe escape de allí a través de un portal, mientras derrumban la casa a hechizos demoledores desde afuera. Y, también, mientras el príncipe Titus intenta averiguar qué está ocurriendo sin ser visto y tratando de evitar que sospechen los motivos por los cuales él está allí.

Me encantaría seguir contando más y más, pero tendrán que leer ustedes mismos este increíble libro para saber cómo sigue esta historia. Esto es tan solo lo que ocurre en el primer capítulo, y no pueden ni imaginarse todo lo que va a pasar a lo largo de este libro. Es una historia situada alrededor del 1880, aunque ese es el sistema de fecha de los nómagos. Para ellos es el año 1030 AD (Año del Dominio) aprox, la numeración comienza con la Casa Elberon, la casa justamente de la familia de Titus en el reinado. Esto significa que vamos a tener dos mundos por separado, tal como sucede en libros como Harry Potter, donde los nómagos no tienen conocimiento de la existencia de la magia, y sus usos y costumbres serán completamente diferentes.

La historia comenzará realmente cuando Titus logre infiltrar a Iolanthe como Archer Fairfax, un estudiante del Colegio Eton (solo para varones), y así mantener oculta a la maga elemental más valiosa del Dominio, mientras averigua cómo proseguir con su destino: detener a Atlantis.